27 de marzo de 2013

Natrurareza humana: Día mundial del teatro



   Hay teatro del bueno, del malo, auténtico, falso, inquietante, insulso... Hay teatro todos los días del año, todos los años del mundo... Pero todos, están en éste.    
   Utopazzo


   Si la ciencia se aplica a rajatabla, existen al menos diez (10) dimensiones conocidas, aunque no todas aplicables (o sí) a la labor diaria de freír un huevo, limpiar el polvo, escuchar al vecino cantar un gol de su equipo (que no coincide con el tuyo), o especular con la idea de haber visto el arcoíris en el retrete cuando tirabas de la cadena. Pero como la ciencia está en pañales (por suerte, nosotros gateamos aún), se podría ampliar en algún número más, algo difícil de explicar (sobre todo si estás en un banco de una iglesia, en un banco de un banco, o mientras lees la sección de deportes), como sería, una nueva dimensión más: creo que el teatro, lo es... ¡Y con Mayúsculas!




   Hace bastante tiempo, yo podía ir al teatro. Antes de que la palabra "Crisis" existiese, podía ver el teatro, en el teatro. No era capaz de verlo si no era en un escenario. Para ver teatro, entonces, hacía un chasquido de dedos, y aparecía en el anfiteatro o patio de butacas. 
   Antes, para evadirme de la realidad, iba al teatro; ahora, la realidad es la que me lo muestra. 





 Fotografía y vídeo, Rafa Ordóñez

21 de marzo de 2013

Naturareza de la naturaleza: Día del árbol



  Démosle una oportunidad al árbol
  Él no puede salir pitando como haríamos nosotros frente a una catástrofe de cualquier magnitud. Él no puede lloriquear pues de hacerlo, daría igual: nadie le prestaría atención, nadie actuaría cual psicólogo y trataría sus lágrimas irracionales (¡Ponga un psicólogo junto a un árbol, haga la prueba y luego me dice...!). Él no puede defenderse del indeseable que busca cobijo bajo su sombra(si acaso, dejando caer algunas piñas... si las tiene).
  El árbol tiene todo mi cariño y respeto pues a él, le cuento mis penas, mis alegrías; sin  posibilidad alguna de que éste salga pitando. Le cuento historias increíbles, y me escucha con atenta vegetabilidad. Le abro de par en par mi alma y no se asusta, no se inmuta y lo acepta tal cual. Si le miento, no lo percibe... o se enfurece de tal manera que con un leve movimiento de sus ramas, hace agitar por simpatía las de sus árboles vecinos en el bosque, y éstos a su vez provocan el efecto dominó que desata una tormenta... ¿o es el viento el que provoca la misma?, ¿o es el viento quien mueve las ramas y me hace mentir, y provocar la tormenta...? 
 En tal caso, el árbol siempre está ahí: el amigo perfecto, el altruista, el que te aguanta y te sufre(aunque no estés borracho), el que mejor sabe guardar un secreto (jamás te delataría)... ¡Y encima es capaz de llevar tatuado el nombre de tu chica...!
   


   Creo que aún no ha llegado el mesías que todos esperamos (¡Y no lo sabemos aún!),  que nos ponga al corriente, que nos informe de la importancia del verdadero ser superior, del ser supremo; éste no es el hombre (¡Faltaría más!), no es ningún dios (Ummmh...), no es siquiera el propio mensajero, sino el que te aporta parte del oxígeno que entre todos tratamos de eliminar: es el árbol... ¡Y éste no se lleva tu dinero, ni emprende una guerra, ni distingue el humo negro del blanco...! ¡Ni siquiera se mete en política... hombre!
    Yo, ya me he cogido uno.
























* ¡Y creía yo a estas alturas, que aquello de apadrinar a un niño (que está al alcance de cualquiera... o no), me serviría como excusa para utilizarlo también con el árbol, cual frase irónica... y resulta que me encuentro que es posible...! ¡Apadrina un árbol!






Fotografía, Ana Padila.
Vídeo, Rafa Ordóñez

14 de marzo de 2013

Naturareza de las cosas: Día internacional de π

 



   Preguntas que el común de los mortales como usted o yo mismo, nunca nos plantearíamos:
   
   ¿Cómo sería el mundo sin la existencia de pi?



    ¿Qué es el número pi, y para qué sirve?      

   ¿Dónde aparece el número misterioso?


    ¿Está oculto de la vista, o somos nosotros lo que ocultamos nuestra vista de pi?





   ¿Nos acompaña a todas horas... incluso cuando cambiamos de dimensión?



    ¿El número pi hasta en la sopa?






        ¿Sabía  Mozart algo acerca de  π ?


   ¿Encajaría el número pi, en cualquier ámbito de nuestra vida, tal como nosotros tratamos de encajar imposibles en la misma...?




    ¡Y le llaman irracional por no tener fin...! Es lo más perfecto que encuentro en la vida (después de la música de Mozart, de un Dalí,o la respiración sin asistencia)... 
   
   Felicidades al número pi, y a todos a los que les pasa  desapercibido este enigmático número de infinitos decimales, por su descomunal despiste hasta el día de hoy (¡Ya no se le volverá a olvidar que este número existe, y es importante en nuestras vidas...!), por ser irracional con su infinita procesión de decimales; tantos, como pueda alcanzar la vista si de mirar atentamente a un punto muerto se trata...
    Me felicito a mí mismo, por haber descubierto tan preciso y precioso número que desde hoy, adoro con locura... ¡No hago otra cosa que ver pi, por todos sitios!
   ¡Todos deberíamos llamarnos de segundo apellido "Pi"... (por lo de irracionales, digo)!




 Fotografía y texto, Rafa Ordóñez

6 de marzo de 2013

Naturareza humana: Disparate enmascarado




     Me ofrecieron la posibilidad de aprovechar tres minutos (ciento ochenta segundos), para dirigirme al gran público, al mundo entero; desde el centro de la carpa del gran circo: todo el mundo estaría escuchando atentamente, pues "ellos" se encargarían de que así fuese. Soltar aquello que pienso, sin tiempo a pensarlo,  sobre la vida, sobre la película de la que todos somos actores secundarios... sobre lo que fuese. Como un gran orador (o embriagado orador).
 
   Reconozco que me vi sorprendido. Me cogió de imprevisto, por sorpresa, sin tener tiempo para acicalarme frente a un espejo antes de salir a la plaza mundial. Sin tiempo para tomar un sorbo de agua, sin tiempo para estructurar mi pequeño discurso.
   Tal vez sea así como se logran los verdaderos descubrimientos, los verdaderos experimentos con final feliz: poniéndose manos a la obra, en cualquier momento, y con la única certeza de tu supuesta preparación; donde no es necesario gestar nada, pues todo está de antemano casi, casi colocado para llegado el momento, poder afrontar el hecho o realidad que frente a ti se presenta como lo que es. Pero, ¿qué podía enunciar yo en tres minutos? ¿Qué importancia tendría de cara a lograr algo? De ser así, ¿lograría mi propósito de que todo el mundo, absolutamente todo el mundo, me escuchara con atención y sacaran conclusiones...? ¿Me llevarían al matadero en caso contrario? ¿Por qué yo...?



Naturareza humana: Disparate enmascarado por utopazzo

 

    Luego desperté bañado en sudor, con la mente confusa. Me costó algo más de tres minutos atravesar la puerta de la realidad.
    Me acerqué al espejo, me acicalé (sin mirarme casi, pues sin gafas no veo), tomé un sorbo de agua, y, en ese momento dudé acerca de qué es la realidad, qué es aquello que nos envuelve, y qué somos cuando no somos conscientes que somos. Se acercó por la espalda mi mujer y, susurrándome al oído me dijo: "Has estado magnífico frente a toda esa gente... los has dejado a todos boquiabiertos. Aunque no sé si te han entendido..."



    "Dad una máscara al hombre y os dirá la verdad" 
     Oscar Wilde


   

   





   Fotografía y vídeo, Rafa Ordóñez