4 de abril de 2013

Naturareza humana: Wenceslao Padilla y, yo estuve allí...



   Cuando conocí a Wenceslao, andaría por los 70 años. He de admitir que mi primera impresión, fue la de una persona bastante recta y muy protector para con su hija Ana. Me causó impresión, pues yo quería conquistar su feudo, sin llamar a la puerta. 
  Jamás olvidaré el plato de boquerones que nos sirvió Ángeles (su mujer, una de las dos personas que mandaba más en su casa... pero esa es otra historia): los boquerones estaban como jugando todos al rugby, en un campo embarrado, y luchando todos por coger el balón apepinado al mismo tiempo; es decir, decenas de boquerones que parecían formar uno solo. Cayeron todos, pues soy bastante de pescado y, tostaditos como estaban... ¡Parecía que la mujer ya adivinaba mis gustos...!
   
   Mi apretón de manos con Wenceslao, coincidió casi,  con aquel año del  92', y la elegida ciudad de Barcelona para albergar unos Juegos Olímpicos: éstos pasarían a la historia como los mejores disputados hasta entonces.
   Siempre me decía (con el gesto iluminado, curvando las cejas y el puño de su mano izquierda cerrado): "Los catalanes saben hacer las cosas de forma diferente. Barcelona es mucha Barcelona". O lo barcelonista que era. La ventaja que en sus últimos años tenía el padecer Alzheimer, era que siempre que me preguntaba el resultado del partido jugado el día anterior, donde el Barça había ganado al Madrid, o al Atleti... (cosa muy habitual en estos últimos años), era que lo vivía de forma repetida en varias ocasiones, y lo disfrutaba más del doble que el resto. Me hacía mucha gracia cuando le comentaba algo sobre el partido: el golazo de Messi, o el paradón en el último segundo de Valdés, que salvaba el partido; cómo lo vivía, y minutos más tarde me hacía de nuevo la misma pregunta: "¡Rafa...!¿Quién ganó ayer... el Barça?" Paradójicamente, el Alzheimer le proporcionaba en esos momentos las ganas de vivir, pues había muchos por suerte.


La prisión Prov. de Jaén por utopazzo



   Republicano desde siempre, que había dado con sus huesos en la cárcel de Jaén, no recordaba su vida en esos duros días con asco, pudor, rencor, o sed de venganza, sino que siempre ensalzaba su lucha por las libertades contra el fascismo opresor, como un precio que tenía que pagar para el próspero futuro, que por suerte, ( con la caída del franquismo y la inmediata  transición), pudo ver en parte, como una forma de recompensa.
   

   Recuerdo cuando me hablaba de política, y no dejaba títere con cabeza... el títere de la derecha, el "trabajador" de la derecha, el de toda la vida, el señorito andaluz... El franquismo, su Golpe de Estado, la Guerra Civil, Alianza Popular, heredera de esta rancia y casposa doctrina, o cómo luego se convierte el partido este, en el Partido Popular actual que se disfraza de democracia (¡auto-proclamándose el partido de los trabajadores...!) y se las trata de dar a todo bicho viviente... (menos a nosotros... que no somos bichos. ¡Qué afortunados somos!). Ahí están, ahí siguen, pero él ya no los sufrirá más.

   He de reconocer, desde mi humildad más primaria, que haber conocido a Wenceslao, me hizo mejor persona.
  

   
SOLISTA

Tu mano, Belinda; me envuelve las sombras.
Déjame descansar en tu pecho.
Cuánto más no quisiera, pero me invade la muerte.
La muerte es ahora, una invitada bien acogida.
Cuando descanse en la tierra, mis errores no deberán preocupar tu corazón.
¡Recuérdame! ¡Recuérdame!, pero  ¡ay! Olvida mi destino.
CORO
Tú, Cupido vienes alicaído, y esparces rosas sobre su tumba, dulces, dulces y tiernas como su corazón.
Vela por ella, por ella, y nunca, nunca, no partas nunca.





Texto y vídeo, Rafa Ordóñez
Vídeo de YouTube: Saturnina Lemme
Vídeo de Dailymotion, "La prisión Prov. de Jaén" Programa "Los reporteros", de Canal Sur

16 comentarios:

  1. Entrañable persona, no me extraña que ta haga sentirte mejor, el hecho de haberlo conocido.
    Besos
    Nela

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    1. Gracias Nela.
      Sí; y te puedo asegurar que en lo que respecta a su ideología y convicciones, era muy recto y seguro de lo que decía.
      El ser humano muchas veces tiende (por su mala memoria o lo frágil de ésta) a exaltar las virtudes de alguien en general, y más aún cuando esta persona ya no está. Me hago cargo, y te puedo decir que todos tenemos nuestro fantasmas y zonas oscuras; Wenceslao no iba a ser una excepción, pero sí prevalecen sus valores (equivocados o no), donde nunca se "cambió de chaqueta"... Te aseguro Nela, que sus hijas están muy orgullosas de la educación que recibieron y lo que han llegado a alcanzar en sus vidas, con esos mismos valores.

      Besos.

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  2. Escuchar a la gente mayor a menudo -no siempre- es una gran fuente de conocimiento. Sin embargo ahora la sociedad anda obsesionada con todo lo relacionado con la juventud. ¿Será por eso que somos cada vez más ignorantes?

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    1. Amigo Loam, creo que vamos creciendo con esa incertidumbre...
      Periódicamente, el Alzheimer es una rara enfermedad (sin curación a día de hoy ), donde por una lado te destruye la memoria inmediata, atrofian partes del cerebro al tiempo que esas neuronas van muriendo, pero en cambio, (y como consecuencia tal vez de ese deterioro), va dejando libres las capas más antiguas y deja al descubierto esa memoria que no falla, la "lucidez" del enfermo es tal, que es asombroso comprobar como una y mil veces, no se equivoca en cuanto a su pasado más lejano; es como si quisiera antes de marchar, escribir esas "memorias" en forma de repetirse una y otra vez, sin añadir ni quitar una sola coma. He sido testigo de ello. Y sí, tal vez seamos más ignorantes; con el abanico o espectro tan amplio que nos ofrece la juventud, hay para todos los gustos, y disgustos.

      Abrazo.

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    2. Será "II Gatopando", Loam soy yo... Pero, no pasa nada, me alegro que me tengas en mente.

      Un abrazo, amigo.

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    3. Jeje... Soy bastante despistaete, y no es la primera vez que me sucede algo así (ni creo será la última). ¡Y estos despistes no son vitales...! (Si vieses los verdaderos...).

      Abrazo.

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  3. Y Wenceslao conocerte a ti fue igualmente su suerte, pocas personas son las que admiran a alguien con tanto afán, ese es el placer del destino.

    Un abrazo

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    1. Ciertamente Eva. Es un placer del destino, del caos o la incertidumbre, conocer gente peculiar, especial y darte cuenta de ello: también es una forma de crecer, de madurar (y no estoy diciendo sentar la cabeza, que eso no sé qué es...), o no utilizar ésto como dogma; sino de apertura.
      Por suerte (y pese a mi misantropía paradójica), he conocido a algunos. Todavía queda gente auténtica.
      Besos.

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  4. Siempre habrá gente auténtica, precisamente por que la hubo. Personas que nos transmiten el más caro anhelo que ser humano pueda albergar, la libertad, herencia más valiosa que cualquier tesoro imaginable. En cuanto se distancian de la rutina y de los hábitos que nos impone el poder, las personas se encuentran y reconocen como tales. He vivido en muchos lugares y en muy distintas circunstancias, y siempre encontré hombres y mujeres solidarios y afectuosos capaces de ser ellos mismos por encima de todo. El poder intenta convencernos de que somos pocos, de que debemos temer "al otro", de que cada cual debe ir "a lo suyo", pero, "por aquí abajo", el pueblo sigue tejiendo sus mimbres fraternales y solidarias.
    A mí también, como gaditano que soy, me gustan los boquerones churruscados que juegan al rugby. Con una fuente de los mismos y un buen vino de la Sierra Sur, brindo por Wenceslao y por tí.
    Salud!

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    1. Amigo Loam, muchas gracias por hacerte partícipe de esta mi pequeña pincelada, básicamente de recuerdos que sin duda alguna, y a través de los genes, pasarán a las siguientes generaciones.
      Cuando el ser humano en general (creo que aún no se ha dado cuenta de ello), perciba la brevedad de la vida, la importancia de la misma y se detenga a reflexionar, verá que lo único verdadero que posee en sí, es la vida. Como la muerte; inevitable igualmente. Para mí, es un consuelo saber que no voy a quedarme eternamente aquí, ni en ningún infierno ardiendo eternamente... y mucho menos, aburriéndome "de por muerte", en un paraíso ficticio: ¡El paraíso es terrenal, y no lo vemos...!
      Nada, absolutamente nada, tiene más importancia que tratar de ser uno mismo (que no es poco), y vivir en consecuencia mirando a los demás. El resto, es nimio.

      Gracias por tu brindis. También nosotros brindamos por personas como tú.

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  5. Sí, Rafa él, estuviste allí en todo momento, y él lo valoraba como se valoran solo tres o cuatro cosas que sabes fundamentales, ni siquiera era necesario tener buena memoria, ni mala, ni ninguna, le bastaba el aquí y ahora, contigo, una y otra vez: Paseo dominical con descafeinado y "Rafa ¿qué ha hecho el Barça?".

    -Ganar, Wenceslao, ganar.

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    1. Lamento no disponer de más imágenes de esos gratos recuerdos (seguro que quedan algunas esperando otro momento), para editar una parte de nuestra vida de película, y peculiar. Digo esto, porque me percato de que esos momentos nunca más se repetirán, y nunca volverán, mas que en nuestra memoria, y de forma variada y/o confusa. No obstante, llego a la conclusión de que nos empeñamos en vivir el presente, sin prestar la suficiente atención, y cuando llega el futuro por el que nos preocupamos en demasía, nos damos entonces cuenta de que "aquello" es pasado, y nos gustaría volver al momento aquel, para inmortalizar lo que ahora anhelas: imposible en nuestras manos, pero también el hombre básicamente, es memoria.

      No ganó el Barça anoche, pero el desenlace final, puede valer un título.
      Besicos.

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    2. Yo también lo lamento. Aprendemos lentamente, con torpeza, y a veces tarde, "nunca es tarde si la dicha es buena", pues sí, a veces es tarde. Pienso en las innumerables veces que nos contaba sus historias, al calor del brasero en invierno, al fresco del patio en verano. Unas veces escuchábamos con atención, otras con desgana, como haciéndole un favor, con indulgencia "venga, vamos a escuchar otra vez al abuelo", y el favor nos lo hacía él a nosotros. En fin, aprendemos a costa de nuestros errores, uno de ellos confiar en la memoria, creía que tenía buena memoria pero...afortunadamente la tecnología la compensa, aunque solo en una ínfima parte.

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  6. Siempre hay alguien a quién recordar, siempre hay alguien que nos ha transmitido en la vida valores humanos, siempre ha habido gente de verdad, como para ti lo fue Wenceslao a quién hoy recuerdas en esta entrañable entrada, Rafa, que merece ser leída más de una vez, y yo volveré con más tranquilidad a leerla de nueva porque se merece este gesto tuyo hacia esa persona que así se haga.

    Un beso.

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  7. Hoy me he quedado contemplando el primer vídeo, es muy entrañable, has hecho un buen trabajo, Rafa, te felicito, no todo el mundo dedica su tiempo a personas mayores que muchos consideran "viejos y trastos", me parece la verdad un bonito detalle.

    Un beso.

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    1. Es la esencia humana, María. Así generación a generación, se van transmitiendo el conocimiento, el saber, la supervivencia... lástima que la memoria humana, sea tan corta, tan "memoria pez" en los casos en los que la inteligencia prevalece: no somos capaces de pre-visualizar acontecimientos futuros, donde prevalece el instinto y el empirismo, para evitar errores del pasado y corregirlos. Así nos va, y así pereceremos; ahogados en el llanto de nuestra propia estulticia.

      Me alegra que te haya gustado el vídeo. Si te das cuenta, son sólo pequeños retazos de imágenes de instantes en días y días, donde grababa sin saber par qué lo hacía: hoy ya lo sé.

      Muchas gracias por tu comentario, y sensibilidad.
      Besos.

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